Lo mismo puede ocurrir después lavar el vehículo. En ese caso, será necesario pisar el freno con mayor fuerza. Mantenga por tanto una mayor distancia de seguridad con los vehículos que circulan delante.
Frene el vehículo con fuerza después de conducir en calzadas mojadas o tras lavar el vehículo. De este modo, los discos de freno se calientan, se secan con mayor rapidez y se protegen contra la corrosión. Tenga en cuenta la situación del tráfico al frenar.